Usted necesita un documento traducido, mientras que un colega debe conversar con alguien que hable en otro idioma.
¿A quién recurre?
¿A un traductor o a un intérprete?
Es posible que se sorprenda al descubrir que estas dos profesiones del lenguaje, aparentemente similares, requieren habilidades muy diferentes.
Veamos más en detalle cuáles son las diferencias entre la traducción y la interpretación.
Casi gemelas
La traducción y la interpretación son disciplinas lingüísticas similares que requieren tener una pasión por los idiomas.
Ambas exigen un esfuerzo intelectual y mental continuo al que la tecnología moderna aún no puede hacer frente.
A simple vista, la única diferencia entre la traducción y la interpretación reside en el medio utilizado para llevarlas a cabo.
En definitiva, los traductores reescriben textos mientras que los intérpretes reformulan las palabras habladas.
Sin embargo, si profundizamos un poco más en el tema, descubriremos que las apariencias engañan: hay muchas más diferencias entre las dos disciplinas, especialmente en el conjunto de habilidades que poseen estos profesionales.
Lenguaje escrito y lenguaje hablado
Probablemente ya haya leído en alguna parte que existen tres métodos de aprendizaje diferentes: el visual, el auditivo y el kinestésico.
Los dos primeros son bastante sugerentes, pero se debe tener en cuenta que la RAE define la cinestesia como «la percepción del equilibrio y de la posición de las partes del cuerpo».
Sin investigar el tema en profundidad, se puede asumir que los traductores aprenden de manera visual, ya que deben prestar mucha atención a los detalles más pequeños.
Los intérpretes, sin embargo, probablemente pertenezcan al grupo de aprendices del método auditivo, en parte porque poseen habilidades auditivas muy precisas.
Los primeros poseen una visión biónica, mientras que los segundos tienen un gran oído para el lenguaje.
¿Qué implica el proceso de traducción?
La traducción es el arte de transponer la esencia de un texto escrito a otro idioma.
Para maximizar la calidad de su trabajo, los traductores profesionales traducen a su lengua materna o su primer idioma.
También deben contar con una comprensión perfecta del texto de origen y estar familiarizados con la cultura del país en donde se originó el texto para comprender todos sus matices y sutilezas.
Con la ayuda de una gran cantidad de diccionarios electrónicos, enormes bases de datos y trabajos de referencia digitales, producen en el idioma de destino una traducción acertada, precisa e idiomática que transmite el mensaje inicial.
Si son afortunados, los traductores pueden trabajar a su propio ritmo y dejar reposar su traducción antes de entregarla al cliente.
Ya que pasan sus días escribiendo, las habilidades del lenguaje escrito son una de sus principales fortalezas.
Los aportes de la traducción
La traducción probablemente surgió al mismo tiempo en la historia que los primeros documentos escritos.
En Europa, el origen de esta disciplina puede remontarse a los primeros intentos de traducir la Biblia.
Los textos sagrados, escritos originalmente en hebreo, fueron traducidos posteriormente al griego.
Dado el importante lugar que ocupa la religión en la historia de la humanidad, la traducción ha desempeñado un papel crucial en la organización y el desarrollo de las sociedades.
Específicamente, ha contribuido al crecimiento de los pueblos, a la creación de la economía mundial y a la globalización.
Gracias a los traductores, las ideas, pensamientos, conocimientos y conceptos específicos de cada cultura del planeta han viajado de un país a otro, buscando únicamente la asimilación para despertar la conciencia humana.
Las mentes más grandes del mundo, como Confucio, Rumi, Sócrates, Nietzsche, Newton, Miguel Ángel y Kafka, no hablaban el mismo idioma.
Gracias a las traducciones de sus tratados o libros, y por ende a los mismos traductores, sus conocimientos e ideas se han extendido a los cinco continentes.
¿Qué implica el proceso de interpretación?
La interpretación es la acción de convertir el discurso oral a otro idioma, ya sea un monólogo, un diálogo o una conversación grupal.
Hace uso de la retórica, los gestos y el tono de voz, según el contexto.
Por lo tanto, los intérpretes deben ser capaces de transferir sutiles matices de significado, la formalidad del lenguaje y la terminología especializada entre dos idiomas.
Deben rearmar el significado completo de lo que se está diciendo al instante.
A diferencia de la traducción, la comunicación es inmediata.
Los intérpretes escuchan con atención lo que se dice, sin interrumpir al orador, y toman una posición neutral en relación con lo que este haya dicho.
Luego, reformulan el mensaje en el otro idioma y expresan las declaraciones del orador de manera verbal o gestual, sin pasar por un medio escrito.
Su única herramienta es su memoria a corto plazo.
¡Eso es estar bien entrenado!
Los aportes de la interpretación
Aparentemente, la interpretación entre lenguajes se remonta al antiguo Egipto, 3000 años antes de la era cristiana. [1]
Los egipcios también crearon un jeroglífico para el trabajo de un intérprete, que se utilizaba particularmente con fines diplomáticos, políticos, comerciales, religiosos y militares.
Hoy en día, cada intérprete se especializa en una o más combinaciones de idiomas, incluido el lenguaje de señas.
Por lo tanto, los intérpretes pueden trabajar en escuelas con estudiantes que padecen discapacidad auditiva, en salas de juntas durante reuniones de personas provenientes de varios países, o en tribunales para interpretar los juicios que se llevan a cabo en otro idioma.
Al igual que la traducción, la interpretación ha contribuido al intercambio de conocimientos culturales, científicos, académicos y políticos.
Estas profesiones tan cercanas han continuado a lo largo de los siglos, desarrollándose con el tiempo, y aún mantienen su importancia en nuestro mundo moderno.
Los traductores protegen el patrimonio lingüístico escrito, mientras que los intérpretes preservan el patrimonio oral.
A modo de resumen
En pocas palabras, eso es lo que distingue a las dos especialidades.
Si usted tiene que presentar un documento escrito en otro idioma, contrate a un traductor.
En cambio, si necesita mantener una conversación con personas que no hablan su idioma, contrate a un intérprete.
Por último, recuerde que no todos tienen las habilidades innatas para ser traductores o intérpretes.
Después de todo, el simple hecho de tener dos manos no significa que alguien sepa tocar el piano.
[1] Van Hoof, H. De l’identité des interprètes au cours des siècles. Consultado en línea el 27 de noviembre de 2018. https://cvc.cervantes.es/lengua/hieronymus/pdf/03/03_009.pdf.